Los médicos siempre están en la novena entrada, dando la cara en el juego más importante: la vida.
Y fue así que llegamos al lugar de los hechos: el estadio. Vimos desde el bate conectando con la pelota al estetoscopio en el pecho de una niña, los ojos infantiles anhelando la tan ansiada mano de un ángel guardián, la tarde calurosa de Tabasco nos mostró a un héroe: el Dr Julián Cuevas Bulnes.
“Yo estaba en mi día de descanso y me localizaron por WhatsApp para atender a una paciente”, dijo.
Y esa paciente estaba en el mismo lugar: el estadio de béisbol de Los Olmecas de Tabasco, en Villahermosa.
Fue así como el Dr. Julián ayudó e hizo su labor como médico, destacándose como una misión de vida, como la labor tan importante que tienen los médicos: atender con pulso, sudor y vida a cada persona que lo necesita.
“No somos Dioses”, así comenzó el Dr. Jesús Cuevas Bulnes la entrevista en su consultorio en la clínica Ceracom en el consultorio 304 de la ciudad de Villahermosa, Tabasco.
En su lugar de trabajo, que igualmente es donde pasa gran parte de su tiempo, comiendo sándwich preparados por su esposa para atender a cada paciente con dedicación de horario, los juguetes de Tortugas Ninja, Caballeros del Zodiaco, Mario Bros. y muchos más por todas partes brindaban un ambiente agradable que llenaba la atmósfera de armonías infantiles, el rostro feliz del Dr. Julián como si fuera un niño dispuesto a ayudar a cada Niño y Niña que llegan al consultorio de la mano de sus padres, todo en conjunto para hacer su labor como especialista en pediatría y especialista en neumología pediátrica.
Absolutamente todo está propicio para que el paciente sane y salga de ahí con el ánimo y su salud hasta las nubes si es posible: con la medicina como argumento y la felicidad como blindaje, como una historia para sanar.
Dr. Julián, cuéntanos la historia de ese día.
“Yo fui ese día al juego de estrellas de béisbol, y una conocida (la madre de la niña paciente) me había dicho que estaba en el estadio pero quería una consulta, no era una urgencia, era una paciente que ya conocía”.
Y agregó:
“Está la otra parte, el médico tiene días libres, de descanso y entra esa parte de controversia, que el médico tiene derecho al descanso a que en sus días no laborales se le respete su descanso, pero eso depende de cada quien… por ejemplo yo sí estoy a disponibilidad de una urgencia”.
“Yo siempre he sido una persona muy trabajadora, me lo tomo muy a pecho, tanto que puedo consultar hasta en los momentos en que no estoy laborando”.
¿Cuál es la labor del médico en la sociedad?
“Nosotros estamos para ayudar a las personas, siempre se ha visto de forma muy romántica el ayudar, para echarte la mano… y como médico uno estudia para eso. Nosotros (los médicos) no venimos todos los días pensando a quién voy a matar, al contrario, nosotros venimos a aportar. Pero hay casos en que la enfermedad no te permite hacer más, pero también somos seres humanos, no somos dioses, a veces es imposible; entonces yo considero que la labor del médico en la sociedad es siempre tender la mano y también entender que el médico vive de este negocio, nosotros tenemos que pagar cuentas, comida, etc.”
En cuanto a la criminalización del acto médico, cuando algo sucede mal, dependiendo de cada especialidad, puede surgir algún detalle que afecte la salud del médico y se culpe al médico con una demanda, ¿qué nos puedes decir?
“La medicina es un negocio riesgoso. De entrada tú tienes que prepárate lo mejor posible porque tú no sabes en qué momento puedes cometer un error y alguien te lo va a apuntar y generar una demanda. Hay que entender que los médicos no somos dioses y en todo procedimiento y tratamiento médico siempre existen riesgos, pero a veces la gente no lo piensa así”, expresó.
¿Cómo es ser doctor para medicina privada?
“El sureste del país es un lugar que carece y padece de especialistas, es una plaza para hacer muy buena medicina privada. La gente te busca, desde los alrededores, en la ciudad a lo mucho somos cinco neumólogos pediatras, no hay más. Por ejemplo, en todo el norte de Chiapas, el sur de Veracruz, de Campeche, por así decir no hay médicos (especialistas). Aquí la gente viene a veces haciendo un recorrido de 8 ó 9 horas para venirme a ver. También tengo pacientes que vienen desde Guatemala, ya que sus hijos requieren de una atención de tercer nivel pediátrica”, comentó.
Con una sonrisa y la calidez de las personas tabasqueñas, nos despidió con un abrazo y un hasta pronto el Dr. Julián Cuevas Bulnes.
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#blindandohéroes es nuestro destino.