La práctica de enfermería, a pesar de su nobleza, no está exenta de factores de riesgo que requieren una atención constante y estratégica.
Entre estos, dos aspectos cruciales emergen como áreas de preocupación: el riesgo de caídas y en el suministro de medicamentos. Estos aspectos, aunque aparentemente distintos, se entrelazan en la realidad cotidiana de las enfermeras ya que son responsabilidades y preocupaciones que a menudo cargan.
En México según los resultados del cuarto trimestre de 2021 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indican que, en México, se registraron 620 mil personas dedicadas a la prestación de servicios remunerados de enfermería. Las mujeres representaron 79% de esta población y los hombres 21%.
En la atención hospitalaria, las enfermeras son las guardianas de la seguridad de los pacientes. Sin embargo, mientras luchan por ayudar a aquellos bajo su cuidado, ellas mismas están expuestas al riesgo de caídas de pacientes. Las caídas de pacientes no solo aumentan la duración de la estancia y los costos de la atención médica del paciente; también pueden desencadenar demandas judiciales que derivan en pagos millonarios a causa de las lesiones causadas al paciente.
La movilización de pacientes, la administración de tratamientos y la atención personalizada son solo algunas de las tareas que pueden ponerlas en situaciones de peligro.
Desde 2009, la base de datos de vigilancia de eventos de la Joint Commission recibió 465 informes relacionados con lesiones que se produjeron principalmente en hospitales. Las caídas relacionadas con lesiones graves se encuentran entre los 10 eventos que deben vigilarse incluidos en la base de datos de vigilancia de eventos de la Joint Commission.
Así como la correcta administración de medicamentos es oportuna para la atención médica, no está exenta de obstáculos. Las enfermeras, enfrentan la responsabilidad de preparar, verificar y administrar dosis precisas, enfrentando desafíos como la carga de trabajo abrumadora y la falta de recursos adecuados. Los errores en el suministro de medicamentos no solo comprometen la recuperación del paciente, sino que también pueden tener un impacto devastador en la carrera profesional de las enfermeras.
La práctica de enfermería es un equilibrio delicado entre el cuidado de los pacientes y la ayuda del propio bienestar. Las enfermeras, exigiendo una respuesta proactiva y centrada en el apoyo tanto a nivel individual como institucional. Solo a través de un enfoque colaborativo y comprometido, podemos garantizar la calidad de la atención en el ámbito de la enfermería.
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